domingo, 28 de julio de 2013

Poeta del Recuerdo (Vicente Aleixandre)

Poeta del Recuerdo (Vicente Aleixandre)

 
Poeta del Recuerdo (Vicente Aleixandre)
En Recuerdo a Vicente Aleixandre
 
Vicente Pío Marcelino Cirilo Aleixandre y Merlo Fue  un poeta español de la llamada Generación del 27. Elegido académico en sesión del día 30 de junio de 1949, E ingreso  en la Real Academia Española el 22 de enero de 1950. Ocupó el sillón de la letra O. Fecha de nacimiento: 26 de abril de 1898, Sevilla Fecha de la muerte: 14 de diciembre de 1984, Madrid
Premio Nacional de Literatura en 1933 por La destrucción o el amor, 1 Premio de la Crítica en 1963 por En un vasto dominio, Y  en 1969, por Poemas de la consumación, Premios: Premio Nobel de Literatura en 1977.
Poeta del Recuerdo (Vicente Aleixandre)
 
 
Biografía de (Vicente Aleixandre)
 
Hijo de una familia de la burguesía española, su padre fue ingeniero de ferrocarriles. Nace en Sevilla en 1898 pero pasa su infancia en Málaga, donde comparte estudios con el futuro escritor Emilio Prados. Se traslada a Madrid donde cursa estudios de Derecho y Comercio. En 1919 se licencia en Derecho y obtiene el título de intendente mercantil. Ejerce de profesor de Derecho Mercantil desde 1920 hasta 1922 en la Escuela de Comercio. En 1917 conoce a Dámaso Alonso en Las Navas del Marqués, lugar donde veraneaba, y este contacto supone el descubrimiento de Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. Inicia de este modo una profunda pasión por la poesía. Su salud empieza a empeorar en 1922. En 1925 se le declara una nefritis tuberculosa, que termina con la extirpación de un riñón, operación realizada en 1932. Publica sus primeros poemas en la Revista de Occidente en 1926. Establece contacto con Cernuda, Altolaguirre, Alberti y García Lorca. A lo largo de su vida ocultó su homosexualidad. En los años treinta el poeta conoce a Andrés Acero y ambos inician una intensa relación amorosa que será interrumpida por el exilio a México de Andrés tras la Guerra Civil. En palabras de Molina Foix, “Aleixandre era muy pudoroso de su condición homosexual por el daño que pudiera hacer a su familia, sobre todo a su hermana, pero a mí me dijo que cuando muriese no le importaba que se supiera la verdad; consideraba que no era ningún desdoro” Después de la Guerra Civil no se exilia, a pesar de sus ideas izquierdistas, permanece en España y se convierte en uno de los maestros de los jóvenes poetas.
Poeta del Recuerdo (Vicente Aleixandre)
 
 
Obra poética de Vicente Aleixandre
Su obra poética presenta varias etapas: pura, surrealista, antropocéntrica y de vejez. Además este personaje nos muestra el verdadero rostro de las personas en sus diversos poemas como el de “vinieras y te fueras dulcemente´´.
 
 
(Vicente Aleixandre)  Su Poesía pura
 Su primer libro, Ámbito, compuesto entre 1924 y 1927 y publicado en Málaga en 1928, es la obra de un poeta incipiente, que aún no ha encontrado su propia voz. Predomina el verso corto asonantado y la estética de la poesía pura juanramoniana y guilleniana, además de ecos ultraístas y de la poesía clásica española de la Edad de Oro, especialmente Fray Luis de León y Góngora.


(Vicente Aleixandre)  Su Poesía surrealista
En los años siguientes, entre 1928 y 1932, se produce un cambio radical en su concepción poética. Inspirado por los precursores del surrealismo (en especial por Arthur Rimbaud y Lautréamont) y por Freud, adopta como forma de expresión el poema en prosa (Pasión de la Tierra, de 1935) y el verso libre (Espadas como labios, de 1932; La destrucción o el amor, de 1935, Sombra del Paraíso, de 1944). La estética de estos poemarios es irracionalista, y la expresión se acerca a la escritura automática, aunque sin aceptar la misma como dogma de fe. El poeta celebra el amor como fuerza natural ingobernable, que destruye todas las limitaciones del ser humano, y critica los convencionalismos con que la sociedad intenta apresarlo.
 
(Vicente Aleixandre)  Su Poesía antropocéntrica
Tras la guerra, su obra cambia, acercándose a las preocupaciones de la poesía social imperante. Desde una posición solidaria, aborda la vida del hombre común, sus sufrimientos e ilusiones. Su estilo se hace más sencillo y accesible. Dos son los libros fundamentales de esta etapa: Historia del corazón, de 1954 y En un vasto dominio, de 1962.
 
(Vicente Aleixandre) Su Poesía de vejez
En sus últimos libros (Poemas de la consumación, de 1968, y Diálogos del conocimiento, de 1974), el estilo del poeta vuelve a dar un giro. La experiencia de la vejez y la cercanía de la muerte le llevan de vuelta al irracionalismo juvenil, aunque en una modalidad extremadamente depurada y serena. A estos dos títulos canónicos, esto es, de los publicados en vida por el propio poeta, podría añadirse un tercero, «En gran noche», de aparición póstuma, en 1991, y en la misma línea metafísica y reflexiva que los dos anteriores.
 
 
Poeta del recuerdo (Vicente Aleixandre)
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Espero que sea ameno este homenaje que le quiero rendir a unos de tantos poetas que ha dado España, aquí les dejo parte de su vida  y algún verso que el compuso.
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Poesías de Vicente Aleixandre
 
 
 AL CIELO
El puro azul ennoblece mi corazón. Sólo tú, ámbito altísimo inaccesible a mis labios, das paz y calma plenas al agitado corazón con que estos años vivo. Reciente la historia de mi juventud, alegre todavía y dolorosa ya, mi sangre se agita, recorre su cárcel y, roja de oscura hermosura, asalta el muro débil del pecho, pidiendo tu vista, cielo feliz que en la mañana rutilas, que asciendes entero y majestuoso presides mi frente clara, donde mis ojos te besan. Luego declinas, ¡oh sereno, oh puro don de la altura!, cielo intocable que siempre me pides, sin cansancio, mis besos, como de cada mortal, virginal, solicitas.               Sólo por ti mi frente pervive al sucio embate de la sangre. Interiormente combatido de la presencia dolorida y feroz, recuerdo impío de tanto amor y de tanta belleza, una larga espada tendida como sangre recorre mis venas, y sólo tú, cielo agreste, intocado, das calma a este acero sin tregua que me yergue en el mundo. Baja, baja dulce para mí y da paz a mi vida. Hazte blando a mi frente como una mano tangible y oiga yo como un trueno que sea dulce una voz que, azul, sin celajes, clame largamente en mi cabellera. Hundido en ti, besado del azul poderoso y materno, mis labios sumidos en tu celeste luz apurada sientan tu roce meridiano, y mis ojos ebrios de tu estelar pensamiento te amen, mientras así peinado suavemente por el soplo de los astros, mis oídos escuchan al único amor que no muere.
 
 
EL ALMA
El día ha amanecido. Anoche te he tenido en mis brazos. Qué misterioso es el color de la carne. Anoche, más suave que nunca: Carne casi soñada. Lo mismo que si el alma al fin fuera tangible. Alma mía, tus bordes, tu casi luz, tu tibieza conforme. Repasaba tu pecho, tu garganta, tu cintura: lo terso, lo misterioso, lo maravillosamente expresado. Tocaba despacio, despacísimo, lento, el inoíble rumor del alma pura, del alma manifestada. Esa noche, abarcable; cada día, cada minuto, abarcable. El alma con su olor a azucena. Oh, no: con su sima, con su irrupción misteriosa de bulto vivo. El alma por donde navegar no es preciso porque a mi lado extendida, arribada, se muestra como una inmensa flor; oh, no: como un cuerpo maravillosamente investido. Ondas de alma…, alma reconocible. Mirando, tentando su brillo conforme, su limitado brillo que mi mano somete, creo, creo, amor mío, realidad, mi destino, alma olorosa, espíritu que se realiza, maravilloso misterio que lentamente se teje, hasta hacerse ya como un cuerpo, comunicación que bajo mis ojos miro formarse, organizarse, y conformemente brillar, trasminar , trascender, en su dibujo bellísimo, en su sola verdad de cuerpo advenido; oh dulce realidad que yo aprieto, con mi mano, que por una manifestada suavidad se desliza. Así, amada mía, cuando desnuda te rozo, cuando muy lento, despacísimo, regaladamente te toco. en la maravillosa noche de nuestro amor. Con luz, para mirarte. Con bella luz porque es para ti. Para engolfarme en mi dicha. Para olerte, adorarte, para, ceñida, trastornarme con tu emanación. Para amasarte con estos brazos que sin cansancio se ahorman. Para sentir contra mi pecho todos los brillos, contagiándome de ti, que, alma, como una niña sonríes cuando te digo: « Alma mía… »
 
 A FRAY LUIS DE LEÓN
¿Qué linfa esbelta, de los altos hielos hija y sepulcro, sobre el haz silente rompe sus fríos, vierte su corriente, luces llevando, derramando cielos?
¿Qué agua orquestas bajo los mansos celos del aire, muda, funde su crujiente espuma en anchas copias y consiente, terso el diálogo, signo y luz gemelos?
La alta noche su copa sustantiva —árbol ilustre— yergue a la bonanza, total su crecimiento y ramas bellas.
Brisa joven de cielo, persuasiva, su pompa abierta, desplegada, alcanza largamente, y resuenan las estrellas.
 
 EL CUERPO Y EL ALMA
 Pero es más triste todavía, mucho más triste.  Triste como la rama que deja caer su fruto para nadie.  Más triste, más.  Como ese vaho  que de la tierra exhala depués la pulpa muerta.  Como esa mano que del cuerpo tendido  se eleva y quiere solamente acariciar las luces,  la sonrisa doliente, la noche aterciopelada y muda.  Luz de la noche sobre el cuerpo tendido sin alma.  Alma fuera, alma fuera del cuerpo, planeando  tan delicadamente sobre la triste forma abandonada.  Alma de niebla dulce, suspendida  sobre su ayer amante, cuerpo inerme  que pálido se enfría con las nocturnas horas  y queda quito, solo, dulcemente vacío.  Alma de amor que vela y se separa  vacilando, y al fin se aleja tiernamente fría.
 
 
(¯`•¸·´¯) -BrujaCharra29- (¯`·¸•´¯) 2013

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