Sor Juana Inés de la Cruz
(Biografía y Poemas)
Sor Juana Inés de la Cruz nació en la hacienda
de San Miguel Nepantla, Estado de México,
12 de noviembre de 1651
(se pensó durante mucho tiempo en la fecha de 1648);.
Su nombre, antes de tomar el hábito,
fue Juana de Asbaje y Ramírez ya que fue hija
natural de la criolla Isabel Ramírez de Santillana
y el vizcaíno Pedro Manuel de Asbaje.
Siendo pequeña, Sor Juana se crió con su abuelo
materno Pedro Ramírez, en la hacienda de Panoayan.
Su genio se manifestó desde temprana edad:
habiendo estudiado apenas las primeras
letras en Amecameca.
Fue la mayor figura de las
letras hispanoamericanas del siglo XVII
Niña prodigio
A los tres años Sor Juana ya sabía leer,
a los siete pedía que la mandaran a estudiar
a la Universidad y a los ocho escribió
una loa para la fiesta de Corpus.
En 1656, a la muerte de su abuelo,
su madre envió Sor Juana a la capital a vivir
a la casa de su hermana, María Ramírez,
esposa del acaudalado Juan de Mata.
Ahí Sor Juana Inés estudió latín “en veinte lecciones”
con el bachiller Martín de Olivas, bastándole solamente
esas pocas para dominar esta lengua,
cosa que se demuestra en la maestría de varias
de sus obras, sobre todo en los villancicos,
que contienen versos latinos.
Sor Juana cuenta en su "Carta respuesta a Sor Filotea
de la Cruzleía", estudiaba mucho, y era tal su
obstinación por aprender que llegó a recurrir al método
autocoercitivo de cortarse el cabello para poner como
plazo que le volviera a crecer, para haber aprendido ya
algo que deseaba.
Sor Juana leyó mucho durante toda su vida tanto
autores clásicos romanos y griegos como españoles.
Cultivó la lírica, el auto sacramental y el teatro,
así como la prosa.
Por la importancia de su obra,
recibió los sobrenombres de «el Fénix de América»,
«la Décima Musa» o «la Décima Musa mexicana».
Sus más importantes mecenas fueron los virreyes
De Mancera, el arzobispo virrey Payo Enríquez de Rivera
y los marqueses de la Laguna, virreyes también
de la Nueva España, quienes publicaron los dos
primeros tomos de sus obras en la España peninsular.
En 1664 Sor Juana ingresó a la corte como dama
de compañía de la virreina, Leonor María Carreto,
marquesa de Mancera, a la que dedicó algunos sonetos
con el nombre de Laura. El virrey, admirado, hizo
reunir a cuarenta letrados de todas facultades
para someterla a un examen sin igual del cual,
por supuesto, salió triunfante, dejando admirados
a los sabios por haber contestado con sabiduría
toda pregunta, argumento y réplica que estos le hicieran.
Harta de la vida cortesana, Sor Juana decidió entrar
a un convento porque, según ella misma dice,
“para la total negación que tenía al matrimonio
era lo más decente que podía elegir en materia
de la seguridad de mi salvación”.
Primero entró al convento de San José de las Carmelitas
Descalzas en 1667 pero salió de ahí a los tres meses,
por la severidad de la regla y el rigor de la orden.
Después ingresó a la mucho más flexible orden de las
jerónimas, en el convento de Santa Paula,
donde por fin profesó el 24 de febrero de 1669.
En el convento, donde vivió lo que le quedaba de vida,
Sor Juana Inés de la Cruz hizo oficios de contadora
y archivista pero, más que nada, se dedicó al estudio
y a la escritura. Dentro de su celda -que era individual
y espaciosa- llegó a poseer más de 4,000 volúmenes,
instrumentos musicales, mapas y aparatos de medición
y a tener conocimientos profundos en astronomía,
matemáticas, lengua, filosofía, mitología, historia,
teología, música, pintura y cocina, por citar solamente
algunas de sus disciplinas favoritas.
Las obras de Sor Juana no se han editado completas.
Algunas piezas: Los Empeños de una Casa, Sonetos,
Poesías Escogidas, Autos Sacramentales, etc., etc.
han circulado intermitentemente, aisladas del grueso
de su producción, algunas otras se han perdido.
Sor Juana Inés de la Cruz ocupó, junto a
Juan Ruiz de Alarcón y a Carlos de Sigüenza y Góngora,
un destacado lugar en la literatura novohispana.
En el campo de la lírica, su trabajo se adscribe a los
lineamientos del barroco español en su etapa tardía.
La producción lírica de Sor Juana, que supone
la mitad de su obra, es un crisol donde convergen
la cultura de una Nueva España en apogeo,
el culteranismo de Góngora y la obra conceptista
de Quevedo y Calderón.
La obra dramática de Sor Juana va de lo religioso
a lo profano. Sus obras más destacables en este
género son Amor es más laberinto,
Los empeños de una casa y una serie de autos
sacramentales concebidos para
representarse en la corte.
Murió a causa de una epidemia el 17 de abril de 1695.
Sor Juana Inés de la Cruz
(Biografía y Poemas)
Sor Juana Inés de la Cruz
(Biografía y Poemas)
POEMAS de Sor Juana ...
A una Rosa
Rosa divina, que en gentil cultura
Eres con tu fragante sutileza
Magisterio purpúreo en la belleza,
Enseñanza nevada a la hermosura.
Amago de la humana arquitectura,
Ejemplo de la vana gentileza,
En cuyo ser unió naturaleza
La cuna alegre y triste sepultura.
¡Cuán altiva en tu pompa, presumida
soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida.
De tu caduco ser das mustias señas!
Con que con docta muerte y necia vida,
Viviendo engañas y muriendo enseñas.
Sor Juana Inés de la Cruz
(Biografía y Poemas)
REDONDILLAS
Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión, ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?
Mas, entre el enfado y la pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
¿O cuál es de más culpar,
aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
¿Pues, para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
Sor Juana Inés de la Cruz
(Biografía y Poemas)
Sor Juana en la cocina...
Debieron pasar cerca de 300 años,
después de su fallecimiento (en 1695),
para que pudiése disfrutar de este libro,
cuya selección y transcripción fueron
hechas por Sor Juana Inés de la Cruz,
gloria del talento novohispano.
Buñuelos de queso
6 quesitos frescos, una libra de harina,
una mantequilla de a medio,
derretida y el queso molido.
Se aplanan después de bien amasados con palote,
se cortan con una taza y se fríen.
Torta de arroz
En una servilleta se pone a cocer el arroz,
así que está cocido se le echa azafrán como para comer.
Ya estará hecho el picadillo con pasas, alcaparras,
almendras, piñones, huevo cocido, aceitunas, chilitos.
Se unta la cazuela con manteca y se echa la mitad
del arroz abajo y luego el picadillo y después
la otra mitad del arroz y encima azúcar molida
y se pone a dos fuegos.
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