domingo, 28 de julio de 2013

Obras de Miguel Hernández

Obras de Miguel Hernández


Obras de  Miguel Hernández
 
VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN 
Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta. . Los bueyes doblan la frente, imponentemente mansa, delante de los castigos: los leones la levantan y al mismo tiempo castigan con su clamorosa zarpa. . No soy de un pueblo de bueyes, que soy de un pueblo que embargan yacimiento de leones, desfiladeros de águilas y cordilleras de toros con el orgullo en el asta. Nunca medraron los bueyes en los páramos de España. . ¿Quién habló de echar un yugo sobre el cuello de esta raza? ¿Quién ha puesto al huracán jamás ni yugos ni trabas, ni quién al rayo detuvo prisionero en una jaula? Asturianos de braveza. vascos de piedra blindada, valencianos de alegría y castellanos de alma, labrados como la tierra y airosos como las alas; andaluces de relámpagos, nacidos entre guitarras y forjados en los yunques torrenciales de las lágrimas; extremeños de centeno, gallegos de lluvia y calma, catalanes de firmeza, aragoneses de casta, murcianos de dinamita frutalmente propagada, leoneses, navarros, dueños del hambre, el sudor y el hacha, reyes de la manera, señores de la labranza. hombres que entre las raíces, como raíces gallardas, vais de la vida a la muerte, vais de la nada. a la nada: yugos os quieren poner gentes de la hierba mala, yugos que habréis de dejar rotos sobre sus espaldas. . Crepúsculo de los bueyes está despuntando el alba. Los bueyes mueren vestidos de humildad y olor de cuadra: las águilas, los leones y los toros de arrogancia, y detrás de ellos, el cielo ni se enturbia ni se acaba. La agonía de los bueyes tiene pequeña la cara, la del animal varón toda la creación agranda. . Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta. Muerto y veinte veces muerto, la boca contra la grama, tendré apretados los dientes y decidida la barba. . Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas.
 
Obras de  Miguel Hernández
ELEGIA PRIMERA . (A Federico García Lorca, Poeta) 
Atraviesa la muerte con herrumbrosas lanzas, y en traje de cañón, las parameras donde cultiva el hombre raíces y esperanzas. y llueve sal, y esparce calaveras.  . Verdura de las eras, ¿qué tiempo prevalece la alegría? El sol pudre la sangre, la cubre de asechanzas y hace brotar la sombra más sombría. El dolor y su manto vienen una vez más a nuestro encuentro. Y una vez más al callejón del llanto lluviosamente entro. Siempre me veo dentro de esta sombra de acíbar revocada, amasada con ojos y bordones, que un candil de agonía tiene puesto a la entrada y un rabioso collar de corazones. Llorar dentro de un pozo, en la misma raíz desconsolada del agua, del sollozo, del corazón quisiera: donde nadie me viera la voz ni la mirada, ni restos de mis lágrimas me viera. Entro despacio, se me cae la frente despacio, el corazón se me desgarra despacio, y despaciosa y negramente vuelvo a llorar al pie de una guitarra. Entre todos los muertos de elegía, sin olvidar el eco de ninguno. por haber resonado más en el alma mía, la mano de mi llanto escoge uno. Federico García hasta ayer se llamó: polvo se llama. Ayer tuvo un espacio bajo el día que hoy el hoyo le da bajo la grama. Tanto fue! ¡Tanto fuiste y ya no eres! Tu agitada alegría que agitaba columnas y alfileres, de tus dientes arrancas y sacudes, y ya te pones triste, y sólo quieres ya al paraíso de los ataúdes.  . Vestido de esqueleto, durmiéndote de plomo, de indiferencia armado y de respeto, te veo entre tus cejas si me asomo. Se ha llevado tu vida de palomo, que ceñía de espuma y de arrullos el cielo y las ventanas, como raudal de pluma el viento que se lleva las semanas. Primo de las manzanas, no podrá con tu savia la carcoma, no podrá con tu muerte la lengua del gusano, y para dar salud fiera a su poma elegirá tus huesos el manzano. Cegado el manantial de tu saliva, hijo de la paloma, nieto del ruiseñor y de la oliva: serás, mientras la tierra vaya y vuelva. esposo siempre de la siempreviva, estiércol padre de la madreselva. ¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla, pero qué injustamente arrebatada! No sabe andar despacio, y acuchilla cuando menos se espera su turbia cuchillada. Tú, el más firme edificio, destruido, tú, el gavilán más alto, desplomado, tú, el más grande rugido callado, y más callado, y más callado. Caiga tu alegre sangre de granado como un derrumbamiento de martillos feroces, sobre quien te detuvo mortalmente. Salivazos y hoces caigan sobre la mancha de su frente Muere un poeta y la creación se siente herida y moribunda en las entrañas. Un cósmico temblor de escalofríos mueve temiblemente las montañas, un resplandor de muerte la matriz de los ríos Oigo pueblos de ayes y valles de lamentos, veo un bosque de ojos nunca enjutos, avenidas de lágrimas y mantos y en torbellinos de hojas y de vientos lutos tras otros lutos y otros lutos, llantos *tras otros llantos y otros llantos. No aventarán, no arrastrarán tus huesos, volcán de arrope, trueno) de panales, poeta entretejido, dulce, amargo, que al calor de los besos sentiste, entre dos largas hileras de puñales, largo amor, muerte larga, fuego largo. . Por hacer a tu muerte compañía, vienen poblando todos los rincones del cielo y de la tierra bandadas de armonía, relámpagos de azules vibraciones. Crótalos granizados a montones, batallones de flautas, panderos y gitanos, ráfagas de abejorros y violines, tormentas de guitarras y pianos, irrupciones de trompas y clarines. Pero el silencio puede más que tanto instrumento. Silencioso desierto, polvoriento en la muerte desierta, parece que tu lengua, que tu aliento, los ha cerrado el golpe de una puerta. Como si paseara con tu sombra, paseo con la mía por una tierra que el silencio alfombra, que el ciprés apetece más sombría. Rodea mi garganta tu agonía como un hierro de horca y pruebo una bebida funeraria. Tú sabes, Federico García Lorca, que soy de los que gozan una muerte diaria.
 
Obras de  Miguel Hernández
Elegía a la muerte de Ramón Sijé (1936)
Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumentos, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler, me duele hasta el aliento. Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión mas grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida. Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes, sedientas de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.
Y volverás a mi huerto y a mi higuera por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas y tu sangre se irá a cada lado disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas de almendro de natas te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas compañero del alma, compañero.
 
Obras de  Miguel Hernández
NANAS DE LA CEBOLLA (1939)  
 ( Dedicadas a su hijo, a raíz de recibir una carta de su mujer, en la que le decía que no comía más que pan: y cebolla)
La cebolla es escarcha cerrada y pobre. Escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda. . En la cuna del hambre mi niño estaba. Con sangre de cebolla se amamantaba. Pero tu sangre, escarchada de azúcar, cebolla y hambre. . Una mujer morena resuelta en luna se derrama hilo a hilo sobre la cuna. Ríete, niño, que te traigo la luna cuando es preciso. . Alondra de mi casa, ríete mucho. Es tu risa en tus ojos la luz del mundo. Ríete tanto que mi alma al oírte bata el espacio. . Tu risa me hace libre, me pone alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea. . Es tu risa la espada más victoriosa, vencedor de las flores y las alondras Rival del sol. Porvenir de mis huesos y de mi amor. . La carne aleteante, súbito el párpado, el vivir como nunca coloreado. ¡Cuánto jilguero se remonta, aletea, desde tu cuerpo! . Desperté de ser niño: nunca despiertes. Triste llevo la boca: ríete siempre. Siempre en la cuna, defendiendo la risa pluma por pluma. . Ser de vuelo tan lato, tan extendido, que tu carne es el cielo recién nacido. ¡Si yo pudiera remontarme al origen de tu carrera! . Al octavo mes ríes con cinco azahares. Con cinco diminutas ferocidades. Con cinco dientes como cinco jazmines adolescentes. . Frontera de los besos serán mañana, cuando en la dentadura sientas un arma. Sientas un fuego correr dientes abajo buscando el centro. . Vuela niño en la doble luna del pecho: él, triste de cebolla, tú, satisfecho. No te derrumbes. No sepas lo que pasa ni lo que ocurre.
 
Obras de  Miguel Hernández
TODO ESTÁ LLENO DE TI 
Aunque tú no estás, mis ojos de ti, de todo, están llenos. No has nacido sólo a un alba, sólo a un ocaso no he muerto. El mundo lleno de ti y nutrido el cementerio de mí, por todas las cosas, de los dos, por todo el pueblo. En las calles voy dejando algo que voy recogiendo: pedazos de vida mía perdidos desde muy lejos. . Libre soy en la agonía y encarcelado me veo en los radiantes umbrales, radiantes de nacimientos. Todo está lleno de mí: de algo que es tuyo y recuerdo perdido, pero encontrado alguna vez, algún tiempo. Tiempo que se queda atrás decididamente negro, indeleblemente rojo, dorado sobre tu cuerpo. Todo está lleno de ti, traspasado de tu pelo: de algo que no he conseguido busco entre tus huesos.
 
Espero os guste este pequeño homenaje a nuestros poetas Españoles.
(¯`•¸·´¯) -BrujaCharra29- (¯`·¸•´¯) 2013   -  Garcihernández

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